La Santa María
La Santa María no era una carabela, en contra de lo que la
apelación colectiva tradicional de las "Tres Carabelas" afirma. Con
sus tres palos era una carraca menor construida, al parecer, razón por la cual
fue llamada originalmente La Gallega y era propiedad de Juan de la Cosa. De
acuerdo con las normas de estiba de entonces, la Santa María podía llevar una
carga de 106 toneladas de la época.
En el palo mayor aparejaba dos velas cuadradas: la mayor con
una cruz roja en el centro y una vela de gavia. El trinquete portaba una sola
vela cuadrada y el palo de mesana aparejaba una vela triangular latina. Del
bauprés colgaba una vela de cebadera. La Santa María se perdió en aguas del Caribe
durante el primer viaje.
La Pinta
La Pinta había sido construida en los astilleros de Palos
pocos años antes del primer viaje. Fue elegida por Martín Alonso Pinzón por sus
cualidades náuticas, ya que él mismo la había alquilado anteriormente. La
costeó el concejo de Palos. Su nombre hizo pensar a algunos historiadores que
pertenecía a la familia Pinto, pero en realidad fue alquilada a los armadores
Gómez Rascón y Alonso Quintero, que fueron en ella a América como marinos.
Probablemente su verdadero nombre fuera La Pintá.
Era una carabela nórdica de velas cuadradas con un velamen
muy sencillo. Los palos de mesana y mayor iban aparejados con una vela cuadrada
de grandes dimensiones, en tanto que el trinquete portaba una vela latina. La
principal característica de esta carabela era su velocidad, hasta el punto que
Colón, en su diario de a bordo, hacía referencia a que en una noche había
navegado a 15 millas por hora.
La Niña
La Niña era una carabela de velas latinas que pertenecía a
los hermanos Niño de Moguer, de ahí su nombre. Antes de formar parte de la
expedición su denominación era la Santa Clara. Esta embarcación se construyó en
los antiguos astilleros del puerto de la Ribera de Moguer entre 1487 y 1490.
Fue elegida por los Pinzón por ser muy maniobrable. También la costeó el
concejo de Palos.
Las velas de la Niña carecían de rizos, por lo que no tenían
sistema de cabos que permitiera reducir la superficie en caso de fuerte viento.
Las jarcias que sostenían los palos estaban enganchadas en los costados del
buque. La carabela carecía de castillo de proa, mientras que el alcázar era
bastante pequeño. Al llegar a las Islas Canarias le fue cambiado el velamen y
se le pusieron velas "redondas" en lugar de las tradicionales
"latinas" que portaba. Es posible que, durante el primer viaje, la
Niña fuera convertida en carabela de velas cuadradas durante la escala en
Canarias. Posiblemente formó parte también del segundo y tercer viaje de Colón,
recorriendo en el transcurso de sus viajes más de 25.000 millas náuticas en
total.
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